
La limitación de venta de bolsas de hielo por cliente en algunos supermercados anunciaba ya la semana pasada un cercano ‘apocalipsis’ que terminaría con las reservas de hielo con que se abastecen a Salamanca. A pesar de que trabajadores como Ángel Alonso, de una empresa distribuidora de hielo de la provincia no atribuía mucha gravedad al asunto y calificaba de ‘psicosis’ lo que se estaba viviendo, la situación parece estar llegando a límites que no esperaba hace tan solo siete días. Su compañero Iván Sierra reconocía ayer que en los 14 años que llevan con el negocio no se habían enfrentado a esta escasez nunca.